lunes, 12 de julio de 2010

Un milagro para Milagros ---Por Chena

Historia retirada de la Revista Argentina "El Barquito de Jesús", escrita por Chena y dibujada por mi: Gabriela Pache de Fiúza.
Vivis en Argentina? Ya compraste el Barquito de Jesus"? Es excelente!!!
Podés ver el contenido de la primera revista clicando acá

http://issuu.com/doxadesign/docs/el_barquito1_web



Un carrito de madera con dos ruedas, llevaba cada mañana Milagros para recoger los cartones, papeles y botellas que encontraba en la calle.
Su hermano, que era un año más chico que ella, la acompañaba para cuidar el carrito cada vez que Mili entraba en algún negocio a pedir cajas de cartón.


Los supermercados eran sus favoritos, porque cuando iba saliendo aprovechaba la oportunidad y se robaba algo de las góndolas, especialmente cuando pasaba por el sector de las masitas.
En la calle aprendió muchas cosas: a fumar los puchos que encontraba tirados, a pelear con otros chicos, que como ella juntaban cartones y botellas, a correr a los perros que se le acercaban para morderla.
Aunque vivía con su mamá y su papá, los veía poco. Casi no estaban en su casa. Cuando se encontraban, ninguno se interesaba por el otro. No siempre había comida para todos y muchas veces se iba a dormir luego de tomar una taza de mate cocido.


En la escuela era un visitante, ya que las inasistencias eran más que los días que concurría a clase. Tampoco le interesaba ir, ya que sus compañeros no querían estar con ella porque los peleaba y empujaba y cuando encontraba alguna cosa que le gustaba, se la robaba.
Su vida transcurría entre la ignorancia y el rechazo de quienes estaban a su alrededor.



Un sábado por la mañana, como tantos otros, tomó su carrito y junto a su hermano salieron a recoger cartones y botellas. Luego de cruzar la vía, caminaron dos cuadras y en la plaza de la esquina vieron un grupo de niños y niñas que estaban jugando dirigidos por un profesor. Lentamente se acercaron, casi a escondidas para no ser vistos. Pero una maestra los vio y los invitó a participar. Un ¡No! lleno de miedo salió de la boca de Mili y un ¡Bueno! entusiasmado, dijo su hermano. Pero como se hacía lo que ella decidía, por ser la hermana mayor, se quedaron en un costado mirando.

Luego de los juegos, se sentaron todos en ronda y comenzaron a cantar. Podían escuchar desde lejos los cantos, aunque mucho no entendían.
Cuando la música terminó, una maestra sacó unas ilustraciones y las explicaba a los niños y niñas, pero como a la distancia no se podía oír y ella quería escuchar, le dio una fuerte palmada en la espalda a su hermano y le dijo: ¡Vamos con el grupo que desde acá no puedo escuchar!
Milagros, su hermano y el carrito se acercaron casi en silencio porque querían pasar inadvertidos.
Otra maestra los saludó con un beso, los invitó a sentarse y le dijo: ¡Bienvenida! Yo te cuido el carro.
Mili se sintió muy sorprendida. Hacía mucho que nadie la saludaba con tanto cariño y menos aún con un beso.
Un libro grande con páginas de colores atrapó su atención.
La maestra comenzó a decir: El amarillo nos hace pensar en el amor que Dios tiene para con cada uno de nosotros. Él nos regaló el sol, las plantas, los animales y nos dio la vida, por eso nos quiere tal como somos, sin importar la edad, el color de pelo o de piel, si somos altos o bajos. Mientras tanto Mili pensaba: “A mí seguro que no me va a querer, porque yo peleo, empujo, fumo y robo”.



La maestra continuó y mostró la página de color negro: Esta parte del libro nos recuerda las cosas malas que hacemos. Dios las llama pecado y nos separan de Él. Pero a pesar de eso, nos sigue queriendo de igual manera. Dios desprecia el pecado, pero ama al pecador.
-¡No lo puedo creer! ¡Imposible que alguien me quiera tal como soy!- Se decía a si misma.
Jesús, el Hijo de Dios, que nunca cometió un pecado, continuó la maestra, murió por nosotros en una cruz, para pagar por nuestros pecados, porque “La paga del pecado es muerte”. Por eso la página roja nos recuerda que Jesús murió y derramó su sangre por amor a nosotros.
Mili ya no podía decir más nada, solo quería saber qué secreto encerraban las otras páginas.

El color blanco que sigue, agregó la maestra, nos habla de una vida nueva y limpia, sin pecado, que Dios ofrece a todas las personas que creen que Jesús murió por ellas y quienes arrepintiéndose de sus pecados lo reciben como Salvador. Solamente hay que hablar con Dios y decírselo.
Les hago una invitación, continuó: “Todos los que quieren hacerlo oren conmigo.
Milagros comprendió que esta era la oportunidad para tener una nueva vida con Jesús en el corazón y no quiso dejar pasarla, por eso agachó la cabeza y oró ella también: “Dios, creo que Jesús murió por mí en la cruz, me arrepiento de todos los pecados que hice, lo recibo a Jesús como Salvador. En su nombre. Amén.



A todos los que oraron, les explicó la maestra, Dios los ha hecho sus hijos y les ha regalado la vida eterna. Ahora podrán crecer en Dios, por eso el color verde que faltaba, nos habla de orar cada día, leer La Biblia, venir aquí para seguir aprendiendo más de Dios, porque todas estas cosas nos ayudan en nuestro crecimiento.
Cuando terminó la clase, Milagros regresó a su tarea. Juntó muchos cartones y botellas, pero cuando pasó por la góndola de las masitas en el supermercado, las miró y siguió caminando. Ya no le interesaba robar, ni pelear, ni hacer esas cosas que la alejaban de Dios. Todo comenzaba a ser diferente: “Ahora era una hija del gran Dios” y quería vivir agradándole.
El lunes fue a la escuela y para sorpresa de todos, no pegó ni empujó a nadie, y aún más, ayudó a una compañera a juntar los lápices que se les habían caído de la cartuchera, y no se quedó con ninguno.
Mili parecía la misma, pero no era así, ahora había una nueva Milagros, diferente, porque Dios había hecho en ella el milagro de salvarla y hacerla su hija para siempre.

sábado, 5 de junio de 2010

BLANQUITA, LA OVEJITA DESOBEDIENTE

Historia basada en Lucas 15:1-7
ESCRITA Y DIBUJADA POR GABRIELA PACHE DE FIÚZA


DIBUJO 1



Hace mucho, mucho tiempo, cuando el cielo aún era limpio y los rebaños cruzaban los campos en busca de hierba verde, había un pastor que tenía cien ovejas. Por la mañana las llevaba cruzando montes y colinas a pastar a los mejores prados.

Por la tarde cuando las ovejas habían comido bastante las llevaba de regreso al redil para que durmieran tranquilas y sin peligro.

Era un pastor muy bueno y quería mucho a sus ovejas. Y ellas también lo amaban mucho, pero había una oveja un poco desobediente. Siempre estaba esperando la ocasión para escaparse. Ella pensaba que había pastos mejores de los que su pastor le ofrecía, porque al pasar por el camino había visto a lo lejos unos estupendos.

- ¿Por qué será que el pastor nunca nos lleva a comer aquellos pastos tan deliciosos?, decía Blanquita en cuanto se imaginaba comiendo los pastitos distantes.

- ¡Blanquita! ¡Blanquita! Vení aquí. Llamó el pastor preocupado.

- ¡Sí, ya voy!, respondió Blanquita un poco enojada.

Y así fue que blanquita. Obediente, pero de mala gana, regresó con el pastor que la retó cariñosamente.

- Pero blanquita no podés ir sola por ahí, es muy peligroso. ¿Qué haría yo si te pasara algo? ¿Cuándo lo entenderás?

Blanquita siguió al pastor pensando en las deliciosas plantas que estuvo a punto de comer.

Mientras tanto, un astuto lobo que había estado siguiendo a Blanquita hace un tiempo -y que sabía que era una presa fácil- comenzó a preparar una trampa.

- Ja, ja, ja, estas plantas de plástico tienen que quedar como si fueran de verdad.

¿Qué tal estoy? ¿Guapo, no?, se decía el malvado lobo.

Disfrazado de planta, fue atrás de la oveja dispuesto a separarla de su pastor. Y cuando le dio alcance.



DIBUJO 2




– ¡Ovejita! ¡Ovejita!, decía el lobo disimulando la voz.

– ¿Quien me llama?, pregunto Blanquita dándose vuelta.

– Somos nosotras, las plantitas sabrosas, respondió el lobo

– ¡Mmmm! ¡Siempre he querido comer unas plantitas sabrosas!, dijo alegre Blanquita

– Puedes comernos cuando quieras, síguenos, te llevaremos donde hay muchas de nosotras, le dijo el mentiroso.

– Yo las seguiría, pero es que tengo que ir con el pastor. respondió Blanquita indecisa.

– Preciosa ovejita, no tienes por qué ir con ese aburrido pastor, le susurró el lobo.

– ¿Aburrido? ¡El pastor no es aburrido! Él nos lleva a comer hierbas y nos quiere mucho, dijo Blanquita.

– ¿Dijiste que las quiere? ¡Si las quisiera tanto les daría libertad para comer lo que quisieran! Pero no, siempre las está llamando, las quiere presas en el redil. No les da libertad, dijo el lobo astutamente.

– ¡Eso es verdad! Pero decime, ¿que es libertad?, preguntó curiosa Blanquita.

– ¿No sabés qué es la libertad? Libertad es hacer lo que quieras, como quieras donde quieras y cuando quieras. Libertad es hacer lo que te dé la gana.

– ¡Guaaauuuuu! ¡Qué bien! ¡Quiero ser libre! ¡Quiero comer plantitas mejores! ¡Quiero hacer lo que se me dé la gana! ¿Puedo? ¿Puedo?, preguntó Blanquita saltando de alegría.



DIBUJO 3




– Vení, vení conmigo y verás que lindas plantas vas comer.

Y así el astuto lobo se llevó a blanquita muy lejos del pastor.

Cerca de ahí, el rebaño había llegado al redil y el pastor, como todos los días, contaba las ovejas:

– Copito de nieve… Colita blanca… Dulce… Gotita…Algodoncito… Orejitas… ¿y Blanquita? ¿Dónde está blanquita? ¡No ha llegado al redil! ¿Alguien ha visto a Blanquita? ¡Oh no, Blanquita! ¡Blanquita! ¡Seguro que el lobo malvado ha engañado a la desobediente Blanquita! Los otros pastores dijeron que en estos días han visto rastros del lobo cerca de nuestro rebaño. Ahora entren ustedes, ¡voy a buscar a Blanquita!

Diciendo esto, el pastor cerró la puerta del redil y con el cayado en mano salió determinado a encontrar a Blanquita.



DIBUJO 4



Entretanto el lobo alejaba cada vez más a Blanquita del pastor. Pero de pronto Blanquita tuvo una duda.

- ¡Hey, plantita! ¿Por que ustedes caminan si las plantitas no caminan?

- ¡Porque somos unas plantitas libres!, respondió el mentiroso.

- ¡Ah! ¡Sí! ¡Me había olvidado! Tengo hambre, ¿puedo comer ya?, dijo Blanquita.

- ¿Estás lejos del pastor?, preguntó el lobo.

- Sí, ¡ya estamos muy lejos!

- Pues entonces podés comer, vení, comé, comé…, dijo el lobo mientras se preparaba para devorar a Blanquita.

Blanquita dio una gran mordida en las plantitas y…

- ¡Puaj! ¡Tienen sabor a plástico!

- ¡Porque son de plástico!, dijo el lobo arrancando su disfraz y persiguiendo a Blanquita con sus afiladas garras y temibles dientes.

- ¡Ah el lobo! ¡Socorro! ¡No quiero que me coma el lobo! ¡Pastor, socorro!, gritaba Blanquita mientras corría desesperada, con el lobo pisándole los talones.

El lobo consiguió capturar blanquita y darle una mordida en el rabo.



DIBUJO 5



Blanquita pensó que todo estaba terminado hasta que escuchó la voz de su amado pastor.

- ¡Suéltala, suéltala!, gritaba el buen pastor mientras le pegaba al lobo fuertemente con su cayado.

Blanquita lloraba desconsoladamente con miedo de que el malvado lobo lastimase a su amado pastor. Después de mucha lucha, ella escuchó la voz del pastor que le extendía sus cariñosos brazos:

- Tranquila Blanquita. Tranquila, ya pasó todo. Vení a mi falda. Ahora estás segura.

¡Qué feliz estaba blanquita en los brazos del pastor!

Y el lobo… ¿quieren saber que pasó con el lobo? ¡El lobo todavía está corriendo por la paliza que le dio el pastor!


DIBUJO 6



El pastor llevó a la ovejita en sus hombros hasta el redil. Iba feliz por no haberla perdido, por haberla rescatado justo a tiempo. Aunque ello le hubiera costado unos cuantos mordiscos del lobo malo. La ovejita estaba muy arrepentida y agradecida a su pastor, y nunca más dudó de su bondad.

Esa noche, en el redil hubo una fiesta como nunca la hubo antes, ni la habrá. Porque las ovejas y el pastor estuvieron bailando toda la noche. Y vinieron los vecinos y los amigos y hasta los grillos, los sapos y todos los animales del bosque cantaron con ellos.

Esa noche la luna salió más resplandeciente que nunca.


“Yo soy el buen Pastor; el buen Pastor su vida da por las ovejas”

Juan 10:11



lunes, 17 de mayo de 2010

EL VALIENTE HWANG LEE

Este hermoso episodio ocurrió hace más de cien años en la lejana China. El papá y la mamá de Hwang Lee habian muerto. Entonces a él lo llevaron a una escuela cristiana. Alli aqul niño creció fuerte y feliz.

DIBUJO 1
Lo más importante de todo fue que alli oyó del Señor Jesus: cómo había muerto en la cruz por él y como había resucitado. Con mucha emoción, Hwang Lee dejó entrar a Jesús en su corazón, transformandose en un fiel cristiano.


DIBUJO 2
Durante el tiempo de Navidad Hwang fue a la aldea a visitar a algunos amigos. Una tarde se le ocurrió entrar al templo pagano. Estaba muy entretenido mirando todos lo feos ídolos, cuando vio entrar a un anciano.


DIBUJO 3
El ancinao puso incienso delante de un ídolo, se arrodilló y rezó. Luego pasó al proximo ídolo e hizo lo mismo... luego al otro y al otro, y así siguió, hasta rodear todo erl templo.



DIBUJO 4
Hwang lo miraba y pensaba con mucha pena: "Aqui hay un anciano que no vivirá mucho tiempo. No sabe nada del Dios verdadero. No sabe el camino al cielo... Nadie se lo dijo... y yo no soy más que un niño... no puedo enseñarle a un anciano.



DIBUJO 5
En la China se respeta tanto a los ancianos, que hubiera sido una gran falta que Hwang hubiera tratado de enseñarle algo a aquel anciano. Pero tanto le dolía a Hwang ver a aquel anciano ir de ídolo en ídolo, que emprezó a llorar en la puerta del templo.



DIBUJO 6
El anciano lo vií y se acercó: "Que te pasa niño? Por qué estás llorando?"
"Es que estoy tan triste por usted señpr. Quisiera ayudarle... pero... soy un niño... quisiera hablarle de Jesus y del camino del cielo... pero soy sólo un niño".



DIBUJO 7
"Que sabes tú del camino al cielo, hijo mío? Y quién es ese Jesús?"-preguntó el anciano ansiosamente. Entonces Hwang Lee le contó la historia del amor de Dios. Le contó cómo Jesús nació en un pesebre y cómo murió en una cruz por nosostros...



DIBUJO 8
El anciano muy conmovido le dijo:
"Tengo tantos años pero jamás oí palabras como las que tú me dices, pequeño niño. Ven a casa y cuéntale esto a mi esposa" Y Hwang se fue con el anciano...



DIBUJO 9
Con mucho cuidado Hwang le contó la historia de Jesús a la anciana pareja. Cuando terminó lo invitaron a venir al dia siguiente, y después al otro y al otro...



DIBUJO 10
Pasó todas sus vacaciones en la casa de los ancianos, hablándoles de Jesús. Y una tarde, los dos abuelos, con mucha emoción le rogaron a Jesús que vivniera a sus corazones! Y se convirtieron en sus fervientes seguidores. Hwang volvió feliz a su escuela.



DIBUJO 11
Cuatro años más tarde, un gran misionero a los chinos, llamado Hudson Taylor, fue a aquel pueblo... Cual no seria su sorpresa al encontrar, en medio de tantos paganos, a dos cristianos fervientes!


DIBUJO 12
Los ancianos le contaron del valiente niñito que se habia atrevido a hablarles de Jesús. Y con lágrimas, le dijeron al misionero: "Si no hubiera sido por este niño, habríamos muero en la oscuridad, sin Jesús!"




miércoles, 10 de marzo de 2010

PASCUA - Un recorrido de la Semana Santa para el niño pequeño

Manual para la enseñanza
de niños preescolares en la
escuela dominical o células
de Betty Constance

En el Site de Publicaciones Alianza puede bajar gratuitamente las lecciones para niños pre-escolares sobre Pascua, con complementos coloridos dibujados por Clemente Montag.

Clique aqui: Publicaciones Alianza

martes, 16 de febrero de 2010

A SU MANERA

Historia retirada de la revista argentina "el puentecito" Adaptada y dibujada por mi. (Gabriela Pache de Fiúza)
FIGURA 1
Tomás vivía bien al norte de Canadá y su amigo Sandy, el cartero, se abría paso a través de la nieve y la ventisca para llevarle una carta muy importante.


FIGURA 2
Cuando al fin llegó, entregó la carta para Tomás que rasgó el sobre con ansiedad y leyó la carta. Casi no lo podía creer: su tío Pierre, que era riquísimo, acababa de morir y en su testamento lo nombraba como uno de sus principales herederos. Era toda una fortuna! Pero al pié de la carta había una condición importantísima escrita con letras grandes y en rojo.
"Cada heredero debe reclamar su herencia en la fecha y hora indicada. Se alguien llega después del tiempo determinado pierde todos los derechos de recibir la herencia".


FIGURA 3
Sandy, el cartero, estaba vibrando de alegría!
-Felicitaciones amigo! Quien diría? Ahora eres millonario! Ven conmigo, no pierdas ni un minuto! Estoy volviendo para el sur y pasaré cerca de la ciudad donde tienes que cobrar tu herencia! Son muchos quilómetros y también varios días de camino. Mi trineo está vacío, y está aquí cerca de tu casa. Podemos llegar mucho antes del plazo establecido en la carta!.
Era una excelente idea, ya que Tomás no tenia trineo, ni dinero para ir hasta aquella ciudad. Y aunque faltasen unos meses para vencer el plazo de cobrar la herencia, lo mejor era salir inmediatamente.


FIGURA 4
Mas para sorpresa del amigable cartero, Tomás respondió:
- Ni loco! Gracias por tus consejos, pero pienso hacer las cosas a mi manera! Antes de ir, voy a trabajar para ganar un poco de dinero para poder viajar con conforto. No puedo llegar allá sin un centavo pareciendo un miserable. No señor! Ni pensar! Haré las cosas a mi manera!


FIGURA 5
Sandy estaba espantado!
-"A tu manera?!!! " Estás pensando en quedarte y trabajar para ganar unos miserables centavos en cuanto eres dueño de una formidable fortuna? No seas tonto Tomás! Ven conmigo! No pierdas tiempo!
Pero ni hubo manera de convencer a Tomás. El quería hacer las cosas a su manera. Con mucho pesar Sandy dio media vuelta, tomó su trineo y se fue dejando a Tomas Actuar "A SU MANERA"

FIGURA 6
Después de haber trabajado y ganado algun dinero, Tomás decidió emprender el viaje hacia el sur del país para reclamar su herencia. Cargó el trineo y salió. Pero a los dos días empezaron los problemas...

FIGURA 7
Comenzó una terrible tormenta que lo obligó a parar por dos semanas!
-Tengo tiempo de sobra! -se decía Tomás. -Me voy a quedar en este hotel calentito hasta que la nevasca termine, para eso trabajé para viajar con conforto.
En la carta había un pequeño mapa indicando el camino mas seguro para llegar, pero él decidió tomar otro que le parecía mejor. Era mucho más largo, pro a él le gustaba ese...



FIGURA 8
Después que retomó el viaje comenzó a llover y el camino se ponía cada vez más difícil! Los perros estaban agotados y corrían solamente cuando cuando Tomás les pegaba con el látigo.
- Así es más emocionante! -decía Tomás. Ésta es mi manera de viajar!

FIGURA 9
Dos días antes de agotarse el tiempo, Tomás estaba cerca de la ciudad donde debería recibir su herencia. Entonces pensó:
- Voy a llegar el último día, a la última hora y voy a reclamar mi herencia!. Será sensacional! Voy a aparecer en la tapa de todos los diarios del mundo! Las pesonas van a pensar que soy lo máximo!
Entonces procuró un alojamiento a unos quilómetros de su destino y pasó la noche.


FIGURA 10
Cuando amaneció se enteró que una manada de lobos había atacado el establo. Los perros huyeron despavoridos destruyendo el trineo. Era el último día y la distancia era grande para ser hecha a pié. El camino que había escogido era desértico y no tenia otro transporte. Entonces tuvo que reanudar el viaje a pié. El clima estaba helado! Tomás se patinaba, tropezaba caía y se levantaba todo el tiempo. Al final se arrastraba para llegar a su destino. Tomás avanzaba penosamente mientras las horas corrían veloces...



FIGURA 11
Cansado y congelado, Tomás llegó al anochecer a la oficina del juez que le entregaría la herencia, pero la puerta estaba cerrada. Tenía un cartel colgado que decía:
"CERRADO, TIEMPO AGOTADO"
Habia pasado una hora del tiempo señalado. Era demasiado tarde. Había desoído las instrucciones de la carta y los buenos consejos de su amigo Sandy. Había hecho las cosas a su manera... Y perdió su herencia!


FIGURA 12

Tú también debes decidir si vas a caminar por la vida "A TU MANERA" con desobediencia y rebeldía, o si vas a obedecer las instrucciones sabias de tu Padre Dios. Él nos dejó una fantástica herencia que podremos poseer si LEEMOS, CREEMOS Y SI VIVIMOS las verdades que están escritas en la Biblia, la poderosa Palabra de Dios. En ella están las instrucciones para poder vivir una vida abundante, prospera y feliz. Debemos hacer las cosas a la manera de Dios, haciendo su voluntad.
Por eso el Señor Jesús nos enseñó a orar: "hágase Tu voluntad, como en el cielo, así también en mi vida..."